Reforma fiscal dejaría efectos negativos en el turismo, pues los impuestos al valor agregado generarán un costo extra a los precios e impuestos que ya se pagan.
Aunque se aprobó una moción para que el sector se mantenga exonerado durante el primer año de vigencia de la presente ley, muchas de las actividades que están ahora exoneradas pagarían un impuesto de valor agregado un año después de la entrada en vigencia de la ley, más la renta.
Según Massi Devoto, Presidente de la Asociación de Profesionales en Turismo, existirá una afectación inmediata, pues todas las temporadas vacacionales se promocionan y se venden con un año o dos de anticipación, de manera que los cambios que se aprueben deberán asumirlos los empresarios desde ya.
Por otra parte, Shirley Calvo, Directora Ejecutiva de Canatur dijo que el turismo sufrirá un duro golpe con el plan fiscal, ya que los turistas, tanto nacionales como extranjeros, cancelarán más tributos por los tours de canopy, bungee, rafting, visitas a los volcanes, surf, kayaking, pasear en bote, teleférico y andar a caballo, entre otros.
Además, habrá un aumento en el costo de los servicios que brindan las agencias de viajes y los paquetes que comercialicen, alquiler de carros, triciclos o cuadriciclos utilizados para fines turísticos y para los servicios de transporte de turistas en general, también saldrán más caros los boletos aéreos para viajes internacionales en un 4% cuyo origen de ruta sea Costa Rica y para los nacionales un 13%.
La Directora Ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo expresó también que la carga impositiva caería a toda la cadena de proveedores de productos y servicios asociados y eso significa trasladarla a los consumidores finales y hasta podría comprometer la estabilidad financiera, incluso la permanencia de las pequeñas y medianas empresas que conforman el 80% de este sector.
Con la reforma fiscal, los precios que pagarán los turistas pueden encarecerse desde un 12% hasta un 19%, de acuerdo con estimaciones hechas por expertos del bufete Vargas & Vargas, con esto sin duda alguna, se afectará la competitividad del país ante otros destinos que pueden ser más baratos y también una contracción en la visitación de los turistas nacionales
Es necesario explicar que los hoteles y restaurantes no tendrán una afectación, ya que cancelan el 13% de impuesto de ventas. Actualmente la actividad turística representa un 6,3% del PIB costarricense, de acuerdo con el Banco Central.
Fuente/ La República.
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