En China, los fuegos artificiales tienen más de 2.000 años de tradición, usados para ahuyentar a una criatura mítica llamada nian durante el Año Nuevo Lunar. Sin embargo, la creciente preocupación por el impacto ambiental y la seguridad ha llevado a que cerca de 500 ciudades en ese país prohíban o restrinjan su uso, permitiéndolo solo en ocasiones y lugares específicos.
En Costa Rica, aunque no hay criaturas míticas que espantar, el uso de pirotecnia afecta gravemente a personas vulnerables, como aquellas con autismo, bebés, adultos mayores, animales domésticos y silvestres. A pesar de que la pirotecnia no está tan arraigada en la cultura nacional, sus efectos negativos han provocado un debate similar al que se vive en otros países.
Actualmente, el país ya prohíbe petardos y explosivos que antes se comercializaban sin restricción. Esta medida ha sido bien recibida, especialmente por padres de familia que recuerdan cómo estos productos incrementaban las visitas a las salas de emergencia.
A nivel legislativo, una nueva iniciativa busca actualizar la normativa sobre el uso de fuegos artificiales. El diputado Alexander Barrantes, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), impulsa un proyecto de ley que limita las detonaciones a un máximo de 85 decibeles, en contraste con los 140 a 190 decibeles que suelen emitir los fuegos artificiales tradicionales.
En varias ciudades costarricenses ya se están implementando alternativas. En Curridabat, por ejemplo, se promueve el uso de tecnología como láseres y drones para iluminar el cielo sin contaminación ni ruido. El lema de esta campaña es: “Más luces en el cielo, más espíritu navideño”.
Los efectos nocivos de la pirotecnia están ampliamente documentados. En zonas naturales como Manuel Antonio, los animales salvajes huyen aterrorizados por el ruido, dejando a sus crías desprotegidas. Además, los fuegos artificiales han alterado el hábitat de especies que han sido reintroducidas en áreas como La Sabana.
El proyecto de ley contempla un plazo de 24 meses para agotar las existencias de pirotecnia en el país, aunque algunos consideran que el periodo es demasiado largo y urgen a que la ley se apruebe pronto para mitigar los efectos negativos.
Fuente: La Nación
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